martes, 10 de abril de 2007

Proceso de escolarización


O-cómo-tu-papá-va-a-intentar-por-todos-los-medios-posibles-que-alcances-un-status-social-privilegiado.


Comienza el proceso de escolarización para el curso que viene en las aulas aragonesas. De nuevo veremos imágenes de sorteos, de mamás llorando porque a su niño no le han dado plaza en un colegio de "blanquitos de papás decentes", de exigir nuevas aulas para determinadas empresas de educación (o colegios concertados) y anuncios de manifestaciones, protestas ante el departamento de educación y denuncias. Por supuesto todo bajo el paraguas del llamado derecho a la libertad de educación.


La escuela pública aragonesa está recibiendo al 70 por cien del alumnado inmigrante, llegándose el caso de colegios con el 90% de su alumnado extranjero y aulas con tan sólo un niño español. Mientras tanto, colegios concertados situados en las mismas zonas de escolarización apenas reciben niños de otras procedencias.


Aunque la Consejería de Educación dice que no se puede obligar a nadie a llevar a un niño a un colegio lejos del domicilio, tienen otras herramientas para conseguir mejorar la distribución: Nueva delimitación de las zonas de escolarización, privilegiar la situación económica a la hora de elegir, no cerrar la ratio a principio de curso en los colegios con menor porcentaje de alumnado extranjero para que cuando haya necesidad de plazas durante el curso (inmigrante por lo general) se recurra esas, financiar el comedor y el transporte en aquellos centros más alejados de la ciudad (como ya se hace en Cataluña) y, sobre todo, ejercer un mayor control sobre el proceso de escolarización y sobre la gestión de los centros concertados.


Son numerosos los casos (denunciados) en los que se falsifica documentación e informes médicos para asegurar mayor puntuación. Además, son los propios colegios los que insinúan la obligatoriedad de pagos (prohibidos y siempre escondidos bajo epígrafes de donativos o cuotas de AMPA) y donde se exigen uniformes, lo que termina por retraer a los padres de alumnos extranjeros a siquiera intentar matricularlos allí, por no hablar del incumplimiento reiterado de la voluntariedad de las actividades confesionales, cuando son éstas las que rigen el calendario del centro o de la libertad de conciencia.


La escuela pública está cada vez más desprestigiada, no pueden competir en instalaciones (yo como entrenador de baloncesto tengo la oportunidad semana a semana de comprobarlo, y un público está a años luz de los concertados) y no pueden competir en facilidades para los padres (en transporte escolar, por ejemplo). Si a eso le sumamos que la mayor parte de alumnado "complicado" (inmigrantes y otras minorías étnicas, familias en precariedad social o completamente desestructuradas) está en la pública; los padres eligen llevarlos a la concertada para que su hijo esté en el "mejor colegio" y no se mezcle con la "chusma".


Mientras la situación continúe así, estaremos ahondando en las desigualdades. Por no hablar que estamos apoyando un sistema de adoctrinamiento religioso de nuestros jóvenes intolerable en un estado aconfesional. Apostemos por la escuela pública, eliminemos los conciertos y hagamos una sociedad donde los niños vivan en contextos interculturales y se formen como ciudadanos diversos, críticos y democráticos.

No hay comentarios: