jueves, 3 de mayo de 2007

El Síndrome de Ulises

Esta mañana mi empresa nos había citado para darnos formación. Me ha costado levantarme (salía de un turno doble) pero he ido. Dos trabajadoras de Médicos del Mundo nos han dado una charla acerca del Síndrome de Ulises. Éste es una enfermedad mental que afecta a los inmigrantes (sobremanera a aquellos que no están regularizados) y que debe su nombre al Dr. Joseba Atxotegui (etno-psquiatra y profesor de la UAB) que lo puso en honor de La Odisea, donde Ulises pese a sus azañas, añoraba volver a su tierra.

No es "morriña" del que está fuera de su país, sino un transtorno de estrés crónico y múltiple, provocado por 4 factores:
  • La soledad: No pueden traer a la familia por falta de recursos y porque la ley tampoco lo permite (aún si están de forma legal en España, tiene que pasar un año mínimo) En el caso de las mujeres con hijos, esta nostalgia se acentúa.

  • El sentimiento del fracaso: Ya que ven que no pueden regularizar su situación, ni prosperar económicamente ni conseguir un trabajo digno.

  • Viven situaciones muy duras en la lucha por la supervivencia: Todos los días tienen que pensar qué comer y dónde dormir.

  • Pasan situaciones de terror: A la policía, a la expulsión o en caso extremos, al agua en aquellos que llegaron en pateras.
Los síntomas que presentan son tristeza profunda, soledad, estrés, culpa. falta de interés sexual, ideas de muerte, tensión, irritabilidad, llanto fácil... Pudiendo manifestarse a través de síntomas físicos como dolor de cabeza, fatiga, dolor abdominal y torácico así como pérdidas de memoria, de atanción y concentración así como desorientación tanto espacio-temporal como acerca de su personalidad.

La labor del Dr. Atxotegui con el tema de la salud mental en inmigrantes es extensa en el tiempo, dirigiendo el SAPPIR (Servei d'Atenció Psicopatològica i Psicosocial als Immigrants i Refugiats) en Barcelona. Si os interesa el tema os dejo un enlace a otro artículo suyo "Los duelos de la inmigración".

A aquellos que como a mí nos gusta de hablar de "la inmigración" como tema, a veces se nos olvida que detrás de todo el fenómeno hay actores que tienen sueños, que sufren, que lo pasan mal y que esperan mejorar su situación.
Se nos olvida frecuentenmente que en cada cayuco no vienen 200 inmigrantes, sino 200 personas, y que los que se mueren en el camino también tiene familias que los están esperando.

Y nos da igual su situación, pues les seguimos tratando como si no tuvieran derechos (si tuviéramos servicios así, se armarían escándalos) o como que su situación se la buscan ellos.

7 comentarios:

Andrea ....de acà y de allà dijo...

En primer lugar, gracias por publicar esto y por pasarme el dato.En segundo, el enlace al trabajo "duelos de la inmigración no me funciono. Ahora si el resto.. De verdad yo vine de Uruguay hace dos años, con mi esposo y mis dos hijos y sinceramente soy una afortunada. No nos ha faltadao nada desde que llegamos y salvo por ciertas situaciones dificiles que nos han hecho pasar algún que otro descerebrado, hemos sido muy bien recibidos en general. Mi situaciòn no se puede comparar con estos casos que plantea el artículo. solo puedo hablar del sentimiento de soledad y de la frustración.
Es muy duro saber que necesitas a esa amiga o ee abrazo de tus padres y no lo tengas.. y es muy duro tener un título, una profesión haber hecho 6 años de Universidad y saber que aqui no te vale de nada, y sirves cafés.. y hay quien te pregunta si sabés leer y escribir, o si has ido al instituto...puffff es duro, hay que "meterle huevos", pero no se puede pretender que todo sea prefecto. Yo estoy en un trampolín..hoy me quiero ir..mañana me quiero quedar..pero siempre se mueve el trampolín pensando en mis hijos.. Darles la vida que tuve yo, en un país chiquito jugando en los jardines, o a la pelota en cualquier campito, usando la ropa que te pasa tu hermano mayor y remontando cometas. Comiendo arroz 4 de siete dias de la semana y los otros 3 fideos..o darles una vida en un piso, con plazas llenas de niños que se pelean por 2 metros cuadrados de arena y que van todos vestidos como para un bautizmo. Pasàndose tal o cual juego de play, pero comiendo bien, sin problemas para comprar medicamentos, sin tener que comprarles zapatos a plazos...Se que no toda España es así, pero el lugar donde yo caí si..y no tengo fuerzas para empezar de nuevo en otra parte de España..asi que por el momento..pienso..y ya decidiré..Gracias Guillermo por el artículo y por presocuparte de estos temas y de tantos otros que veo que seguís. besossssssss

Rosina Uriarte dijo...

Es muy interesante esto que nos comunicas, hace falta hablar a la gente de este tipo de cosas porque normalmente sólo oímos halbar de los inconvenientes de la inmigración para los demás, para los que vivimos en el país receptor. Yo soy hija de emigrantes y sé lo duro que es, comprendo perfectamente por lo que deben pasar...

Guillermo dijo...

Yo en la charla, pregunté si dar papeles era mejor que medicar. Y la respuesta fue que probablemente sí.

Tiene que ser normal el sentimiento de soledad; pero el de fracaso es que al final te lo acaban imponiendo: El reconocimiento de títulos, el del carnet de conducir, los trámites para tener una situación administrativa regular, las colas, el tener que recurrir a trabajos sin contrato o a la economía sumergida para poder comer, las dificultades para alquilar un piso solo por el acento o el color de la piel, la no asistencia médica especializada, la imposibilidad de participar políticamente...
Son cosas que no tendrían que pasar en un país supuestamente avanzado.
Somos firmes defensores de los derechos humanos, pero estamos poniendo trabas a que personas disfruten de los mismos sólo porque una medida administrativa (ni siquiera penal)dice que te dejan vivir en un país o no.

Anónimo dijo...

Bueno hombre, no seas catastrofista. Ni a la mitad de la gente le da igual lo que comentas, y de verdad que má´s´de la mitad tenemos en mente que vienen personas, y no solo inmigrantes. Lo que pasa que los ladridos hacen mucho ruido..., más que nuestras palabras...

Guillermo dijo...

Andrea: gracias ya lo he corregido.

Antonio: Yo también pienso que la mayoría no lo hace. Me quiero referir a mí mismo cuando hablo de "la inmigración" (como tema abstracto a debatir), en la que por generalizar siempre hacemos etiquetas, grandes grupos, ventajas, problemas... pero cuesta hablar de los problemas personales.

También me refiero a "cositas", como las de las colas que no pasan en otros servicios de la administración porque sería un verdadero problema político ("pero como les pasa a ellos")y a lo fácil que resulta hablar de invasión y mensajes semejantes, que como dices, a fuerza de repetirlos parecen ser ya algo asumido.
Me parece que sigo sin explicarme bien.

Tía Doc.- dijo...

Hola a todos y todas:
Guillermo, creo que si te has explicado. Comparto contigo el pensamiento.
Al igual que Andrea, vengo de Uruguay, y hace dos años (casi) que vivo aquí. Mi situación es regular, porque mi marido es español y tengo ya la nacionalidad en trámite. Pero lo de la frustración, lo que decía Andea, es cierto... a mi con el título ma pasa igual... y me da tanta rabia, figurando en el Inem como SIN ESTUDIOS, y mi título juntando polvo, hasta que tres o cuatro ñoquis, se decidan a poner un sello... Obvio, por todo hay que pagar...
por otra parte lo que dice Antonio, es cierto, hay muchas palabras opacadas por los ladridos de la ignorancia global (por decirlo de alguna manera). Pero la unión hace la fuerza, por lo que a medida que hayan más voces, superarán los ladridos...
Lo del Sindrome de Ulises, lo leí hace un tiempo, me gustó, pero veo que está enfocado -por lo menos lo que he leído, que luego busco el link y lo comparto aquí- a la situación por la cual la persona decide viajar, y más que nada en la situación jurídica de la persona. Es decir, pareciera que toda persona que emigra es para mejorar su situación económica..., y no todos los casos son así. La felicidad cambia de nombre con el tiempo, si hoy se llama España: pues iremos allí...
Pero la sensación de soledad, de ausencia de referentes la pasamos todos y todas, es inevitable.
Curiosamente, yo ahora estoy extrañando Uruguay, más que hace un año..., a veces me dan unos bajoncitos. Y acá estoy re contenta, feliz con mi marido, dando un curso en un Centro Penitenciario...., pero el paisito te llama y te da un poco bajón..., los sobrinos, toda la familia, los amigos, la perra, la rambla montevideana... no sé.
Bueno me voy que me está por picar el ulises!!
Un saludo.

Andrea ....de acà y de allà dijo...

grax por arreglarlo..Esta muy interesante y bien explicado. Me interesó el concepto de proyecto migratorio y la clasificación de los duelos, abarcando todas las áreas afectadas.